martes, 22 de enero de 2013

Desalojo

Hoy he ordenado el desalojo de nuestra habitación en mi presente. Hoy mis ojos han dejado de buscar verte. Hoy he probado de nuevo nuestro recuerdo y, tenían razón, sabe inerte. Ahora poco a poco el techo se irá quebrando, pero te cogerá fuera de casa, hace mucho que no pasas. Puede que permanezca el suelo, el suelo nunca muere aunque quede yermo y este suelo nuestro yermo está y también desierto. Me llevo el corazón antes del derrumbe, lo salvo del desastre en el que lo tuve. Prefiero aire frío que me corte los labios a aire recalentado que me empañe los agravios; al entreabrir la puerta se desempañaban y seguía ahí sobre realidad caminando descalza. No haré ruido, marcho como tu voz: muda.

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