A ti.

A ti, que no has llegado. A ti, alma sin nombre. Sé que ocurrirás, que el tiempo se parará en un momento insospechado cuando la comisura de tus labios trepe al infinito. El vacío comenzará a meter sus cosas en cajas de cartón para mudarse a contrarreloj a un lugar que no es mi vida. Ocuparás su habitación cuando se marche, limpiarás su rastro azabache. Patrullarás un escuadrón de luz armada con rifles llenos de esperanza, apuntarás al corazón fusilando a la nostalgia, “apunten, ¡fuego!”.